Tu rostro es una vía de acceso valiosa al conocimiento de tu interioridad. La expresión facial transmite fielmente tu estado de ánimo, sentimientos y el estado de tu alma. Las arrugas son entendidas como marcas de las experiencias que una persona ha vivido, es la señal de la historia de una persona que está escrita en la superficie facial. Las emociones son muchas veces las responsables de dibujar esas arrugas en nuestro rostro. 

 Para ponerle un poco de “cara al asunto”, las arrugas verticales se relacionan con el enojo; las “patas de gallo”, indican que la persona acude a consejos externos para superar las contrariedades de la vida, mientras que las ojeras indican que esa persona es introvertida y acude a lo más profundo de sí mismo a la hora de manejar las dificultades.

Saber y aceptar que todo lo que se muestra afuera es un resultado de lo que hay dentro nos hace ver desde una perspectiva diferente el tema de la cosmética, ya que sólo comprendiendo esto podremos decidir tapar o modificar algo externo que no nos agrade, pero con la consciencia de que si eso no es asumido y transformado desde dentro (una conducta, una creencia, un pensamiento) las cosas no serán tan distintas en realidad. 

En la cosmética medicinal se utilizan aceites vegetales, esenciales, y sustancias puras y orgánicas a modo de que lo que se absorba por la piel no genere daños, (los cuales son propios de las sustancias tóxicas que suelen tener la mayoría de los productos de cosmética) sino todo lo contrario, al utilizar sustancias de alta vibración, ésta va siendo introducida a través de la piel, impactando la energía general de la persona y por ende, su estado general de bienestar.